
Un remedio casero comúnmente usado para combatir el acné es la sal de Epsom. La sal de Epsom también ayuda a reducir el dolor y la inflamación del acné.
Mezcle una cucharadita de sal de Epsom con media taza de agua. Remuévela bien hasta que la sal se disuelva bien en la taza. Mantén la taza de agua caliente para que se enfríe hasta que esté a temperatura ambiente. Mediante el uso de una bola de algodón, aplique la solución a la zona afectada y déjela secar por sí sola.
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